En Chile, las pequeñas y medianas empresas (PYME) son un componente importante del tejido económico y productivo del país, participando en diferentes actividades y tareas a lo largo del territorio. En términos generales, estas empresas son definidas por el Servicio de Impuestos Internos (SII) como aquellas cuya facturación está entre 2.400 y 100.000 UF. Tomando esta clasificación en consideración, según datos de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI, 2021), el año 2020 un 44% del total de empresas exportadoras chilenas corresponde al segmento PYME, anotando exportaciones por un total de USD 1.369 millones, un 4% más que durante el año 2019.
De los montos totales exportados por concepto de bienes, este grupo representa un 4%, generando 63.784 puestos de trabajo. Por lo anterior, su desempeño en el comercio internacional, aún es limitado, existiendo espacio para aumentar su participación y el aprovechamiento de las ventajas derivadas de la apertura comercial chilena.
Las PYME son un factor de gran dinamismo en el mercado: son heterogéneas, empresas jóvenes, promueven la innovación y operan con una alta generación de valor agregado. Además, el perfil de lo que exportan se caracteriza por productos que no se encuentran dentro de los más tradicionales de la matriz exportadora nacional (cobre, celulosa, etc.), incluyendo maquinaría mecánica, equipos, y servicios. Esto da señales de un sector con potencial no sólo para diversificar la canasta exportadora sino también para diversificar y agregar valor a las exportaciones chilenas.