La suscripción del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y los Estados Unidos ha sido un paso muy importante en la estrategia de inserción internacional de Chile.
Fruto del trabajo mancomunado de los sectores públicos y privados, el acuerdo ha profundizado las relaciones económicas con la mayor economía del mundo, ampliando espacios de negocios para el comercio y las inversiones.
Los empresarios chilenos han sabido aprovechar el acceso preferencial al mercado norteamericano. Ello queda en evidencia cuando se observa el elevado porcentaje de nuestras exportaciones que han ingresado a Estados Unidos con un reducido arancel efectivo. Y, ahora, el pasado 1º de enero de 2015, cuando se cumplen doce años de vigencia, las mercancías de ambos países completaron su calendario de desgravación y, en adelante, gozarán de arancel cero.