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Las grandes farmacéuticas, aliadas con empresas de biotecnología de vanguardia y con el apoyo de los gobiernos, acaban de lograr un milagro científico moderno: no una, sino varias vacunas contra el Covid-19, y en un tiempo récord. Se trata de un logro de la luna comprimido en unos pocos meses, acelerado por una colaboración sin precedentes entre gigantes farmacéuticos rivales y con la participación de un gran número de mujeres científicas, muchas de ellas inmigrantes. La victoria podría ayudar a incentivar a las grandes farmacéuticas para que produzcan más medicamentos para todos en lugar de remedios caros para enfermedades de nicho. ¿Qué lecciones podemos aprender de lo que posiblemente sea el mayor avance científico del siglo XXI? ¿Pueden reproducirse las asociaciones público-privadas que han tenido éxito para acelerar otras iniciativas?
