Entre los años 1992 y 2007, y como parte de su intensa agenda de apertura comercial, Chile asignó una alta prioridad al trabajo de la OCDE en materia de comercio, debido principalmente a que el país pretendía mejorar sus tratados de libre comercio vigentes (catalogados como tratados de «primera generación») y aspiraba a incluir otras materias, como el comercio de servicios (distinguiéndose así de aquellos tratados de primera generación que sólo se referían a bienes). Asimismo, se buscaba un acercamiento al trabajo de la denominada «Nueva agenda de comercio», que incluía entre otras, las áreas de comercio y medioambiente, así como comercio y estándares laborales. Había también interés en agricultura y pesca, áreas que se encontraban entre los sectores más dinámicos de la economía nacional. La adhesión de Chile a la OCDE ocurre en un momento en que la cooperación internacional se hacía cada vez más relevante. Así, la crisis económica y financiera del momento evidenció la necesidad de que las economías en desarrollo y avanzadas cooperasen y se uniesen para definir las respuestas políticas apropiadas que permitieran restaurar el crecimiento y la confianza.
En 1992, el entonces presidente Patricio Aylwin y el ministro de Hacienda, Alejandro Foxley, realizaron una visita oficial a Francia donde se reunieron con el Secretario General de la OCDE, Jean-Claude Paye, marcando el primer acercamiento del país con la organización. Un año después, Chile comenzó su participación en el Diálogo Informal con Economías No-Miembros más Dinámicas, junto con México, Argentina y Brasil, fortaleciendo su relación con la OCDE.
En 1994, el Secretario General Adjunto de la OCDE visitó Chile y sostuvo reuniones con autoridades nacionales, quienes manifestaron su interés en acceder a la organización. Ese mismo año, una misión oficial chilena expresó su intención de obtener el estatus de observador en ciertos comités, como el de Comercio. Posteriormente, en 1996, Chile logró ingresar como observador a dicho comité, consolidando su participación en la OCDE. Durante los siguientes años, el país amplió su presencia en otros comités clave, como el de Inversiones Internacionales en 1997 y el Centro de Desarrollo en 1998, reafirmando su compromiso con los principios y estándares de la organización.
El proceso de acceso formal de Chile a la OCDE comenzó el 16 de mayo de 2007, cuando el Consejo de la organización decidió iniciar las negociaciones para la adhesión del país, junto con Israel, Estonia, Eslovenia y Rusia. En septiembre de 2008, Chile presentó su memorándum inicial, detallando su posición respecto a los instrumentos legales de la OCDE. Este documento fue evaluado por la organización, dando inicio a un riguroso proceso de exámenes sectoriales y misiones de verificación, que permitieron evaluar el nivel de cumplimiento del país con los estándares requeridos.
Finalmente, el 15 de diciembre de 2009, Chile recibió la invitación formal para convertirse en miembro pleno de la OCDE. La firma del acuerdo de adhesión se llevó a cabo el 11 de enero de 2010 en el Palacio de La Moneda, con la presencia del Secretario General de la OCDE. Posteriormente, el Congreso Nacional aprobó la Convención de París y otros acuerdos relacionados, permitiendo que Chile se convirtiera oficialmente en miembro de la OCDE, consolidando así su integración a un foro de cooperación internacional enfocado en el desarrollo económico y buenas prácticas gubernamentales.