El proceso de modernización del Acuerdo de Asociación Chile – Unión Europea, representa una instancia para revisar y mejorar las posibilidades para los chilenos y chilenas de participar del mercado europeo. En lo relativo a las materias de servicios, esta negociación busca otorgar a exportadores chilenos nuevas oportunidades y resguardos para poder aventurarse en el competitivo mercado de la Unión Europea.
En general, Chile y la Unión Europea comparten visiones y ambiciones en estas materias, y el desafío de esta negociación girará en torno a los compromisos particulares y los detalles técnicos tanto para el comercio transfronterizo de servicios, como para el comercio electrónico, las telecomunicaciones y la entrada temporal de personas de negocios.
Respecto al comercio electrónico, ambas economías concuerdan en el valor y potencialidad de esta forma de comercio, buscando de parte de Chile el generar regulaciones que aseguren el libre flujo de la información global y los datos que impulsan Internet y la economía digital, lo anterior teniendo siempre presentes las excepciones que puedan ser necesarias para asegurar objetivos legítimos de política pública, tales como la protección de información personal y la protección de los consumidores.
En materia de Telecomunicaciones, se trabaja para buscar asegurar que las redes de telecomunicaciones sean eficientes y confiables. Gracias a su naturaleza y diseño técnico, Internet es un catalizador para la provisión de contenidos, servicios y aplicaciones que funcionan sobre esta red, por lo que se busca asegurar la competencia y la neutralidad en la provisión de ellos. Se evalúa también la posibilidad de lograr un acuerdo en que se puedan tomar medidas para promover la competencia en los servicios de roaming internacional y facilitar el uso de alternativas al roaming.
Se busca también la búsqueda de normas que fomenten el trabajo cooperativo en el reconocimiento de licencias y otras cuestiones reglamentarias. En este mismo sentido, la entrada temporal de personas de negocios es un área en la que ambas economías pueden trabajar para proporcionar más y mejor información sobre las solicitudes de entrada temporal, mejorar los procedimientos para tomar decisiones sobre las solicitudes e informar a los solicitantes de las decisiones lo más rápido posible.
Chile y Unión Europea trabajan conjuntamente en este proceso, que sin duda abrirá para los exportadores de Servicios en Chile nuevas posibilidades de desarrollo y crecimiento.
