En una crisis sanitaria global sin precedentes como la actual, el comercio resulta esencial para salvar vidas y los medios de subsistencia, requiriéndose la cooperación internacional para mantener los flujos comerciales. En este sentido, existen al menos cuatro acciones a seguir:
La OCDE trabaja conjuntamente con otras Organizaciones Internacionales para aportar evidencia objetiva y trabajo analítico en pos de la elección adecuada de políticas por parte de los gobiernos. Actualmente, la OCDE ha estimado que por cada mes que se mantenga el confinamiento, la caída en la producción será equivalente a un descenso de 2 puntos porcentuales en el crecimiento anual del PIB. Por otra parte, los costos de los paquetes de estímulo entregados a través de bancos centrales y acciones fiscales, son relevantes para la economía global, y probablemente, tendrán repercusiones a largo plazo así como efectos complejos en cuanto a la gestión de la deuda soberana y corporativa. Sin perjuicio de estos planes de ayuda, varias de las principales economías enfrentan hoy la posibilidad de entrar en una recesión, pero no es posible descartar escenarios más adversos. Por ello, es imperativo mantener el flujo comercial, tanto para asegurar el abastecimiento de productos esenciales así como para transmitir una señal de confianza a la economía global. Pero para lograr esto, se requiere de cooperación y confianza, lo que resulta un gran desafío en tiempos de tensión comercial, por lo que hoy es más importante que nunca evitar el escalamiento de las tensiones comerciales.
En primer lugar, se requiere mejorar la transparencia para aumentar la confianza en el comercio y en los mercados globales. Es de suma relevancia que los países notifiquen a la OMC las medidas de carácter comercial que han aplicado en respuesta al COVID-19. La OCDE se encuentra monitoreando y evaluando las medidas gubernamentales y su impacto en la producción agro-alimentaria y el comercio; subiendo esta información al Sistema de información de mercado agrícola, brindando así, información actualizada de los mercados y las políticas con respecto a productos indispensables para el sistema alimentario global. En segundo lugar, mantener el funcionamiento de las cadenas globales de suministro, en especial para bienes esenciales (insumos médicos, productos alimentarios, mantener operativos los bienes y servicios de TIC). Se han presentado muchos obstáculos, tales como: el aumento del precio del transporte aéreo de carga y mayores tiempos de entrega; cambios en los protocolos portuarios; disminución en la disponibilidad de mano de obra para descargar barcos; aumento de costos por aplicación de medidas sanitarias y de seguridad adicionales para los todos los que intervienen en la cadena de suministro; entre otros. Por ello, es muy importante la coordinación entre los gobiernos – y con el sector privado- para encontrar soluciones logísticas, siendo lo más urgente facilitar el flujo de insumos médicos esenciales, lo que implica eliminar barreras como los aranceles, agilizar los procedimientos de certificación, y potenciar la facilitación del comercio. Por otra parte, en el caso de las cadenas de suministro de alimentos, existe el riesgo de pérdida y desperdicio de estos debido a los retrasos en su entrega. Es necesario aplicar medidas de bioseguridad adecuadas, así como asegurar que los requisitos sanitarios y fitosanitarios se basen en evidencia científica. En el corto plazo, se recomienda:
En tercer lugar, evitar empeorar las cosas. Actualmente, más de 60 países han restringido las exportaciones de bienes esenciales (como productos médicos) y cada vez más productos agrícolas y alimenticios [1], lo que aumenta los costos para los comerciantes y consumidores, más allá de aquellos costos que han aumentado inherentemente a causa de la pandemia. Si bien no existe una amenaza inmediata para los suministros mundiales de alimentos básicos, existe la posibilidad de que las cadenas de suministro de alimentos específicos se vean gravemente afectadas, especialmente por la falta de trabajadores estacionales para plantar o cosechar cultivos claves; por limitaciones logísticas; y por medidas técnicas, sanitarias y fitosanitarias adicionales. Por esta razón, algunos gobiernos están tomando medidas diseñadas para garantizar el suministro de su población, limitando el suministro para otros, que no pueden producir sus propios suministros en cantidades suficientes, o de manera rentable. Por ello, la transparencia, el diálogo global y la cooperación son esenciales para construir la confianza en el suministro mundial. En cuarto lugar, hay que mirar más allá de lo inmediato: las acciones políticas ahora podrían tener una larga vida. La OCDE puede desempeñar un papel particularmente importante para mirar hacia el futuro y, a la luz de las experiencias pasadas y actuales, contribuir a ayudar a los gobiernos a garantizar una recuperación sólida, generalizada y sostenible. Con las empresas sacudidas por el colapso de la demanda y la continua incertidumbre sobre la duración y la gravedad de COVID-19, no resulta conveniente imponer costos adicionales. En ese momento, los líderes del G20 se comprometieron a abstenerse de tomar medidas proteccionistas y mantener el sistema de comercio basado en reglas de la OMC, poniendo un tope a las medidas arancelarias, frente a un entorno económico que entra en crisis, lo que aumenta la necesidad de un compromiso con el comercio basado en normas. A continuación, se destacan algunos temas clave y áreas de trabajo de la OCDE.
Una vez que la situación económica producida por el COVID-19 se tranquilice, los gobiernos deberán analizar detenidamente las medidas vigentes para garantizar que no se hayan convertido en fuentes de competencia desleal y distorsiones en la economía global. Será necesario considerar cuidadosamente en qué sectores debe participar el estado por más tiempo y dónde debe salir lo antes posible. La crisis actual bien puede resultar en un cambio más duradero en el papel del estado en la economía, lo que también tendrá implicancias para el desarrollo de nuevas reglas comerciales para abordar el apoyo del gobierno. Un soporte bien diseñado distorsionará menos el mercado y generará menos preocupaciones sobre el impacto en la competencia internacional. La equidad, tanto en la distribución de beneficios a nivel nacional como en la competencia global, es esencial para mantener el apoyo público al comercio y los mercados abiertos necesarios para salir y salir de la crisis. Así, algunos principios clave incluyen que el apoyo otorgado deba ser:
A raíz del Covid19, algunos argumentan que las cadenas de suministro deben ser nacionalizadas, o al menos acortadas, para reducir los riesgos de la exposición global. A nivel internacional, la producción diversificada suele ser una fuente de resiliencia y ajuste para las empresas en un entorno adverso. También será necesario que las empresas y gobiernos piensen sobre la mejor manera de garantizar la resiliencia de las cadenas de suministro, lo que requerirá de una mejor comprensión de las fortalezas y vulnerabilidades de las cadenas de suministro clave en la crisis actual.
Además de las medidas nacionales para garantizar el suministro, puede haber un acuerdo internacional para proporcionar una mayor previsibilidad y certeza sobre la disponibilidad de suministros clave en los mercados internacionales y generar confianza en que el comercio seguirá fluyendo. Un posible acuerdo entre países podría incluir elementos tales como:
Las decisiones que se tomen sobre el comercio importan ahora, pero también servirán para garantizar que el comercio pueda ayudar a apoyar la recuperación del COVID-19. Mantener los mercados abiertos y el comercio continuo será importante para apoyar y mantener la recuperación económica.
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