Como una consecuencia de la expansión de la pandemia del COVID-19, se han implementado diversas medidas que restringen el tránsito de bienes y la movilidad de las personas, situación que ha generado no sólo repercusiones en el flujo normal del comercio y cadenas de suministro globales, sino además en el desarrollo normal de la labor que convoca a las distintas instancias de debate y reflexión mundiales, las que han debido adecuar su forma de trabajar al ralentizado nuevo escenario internacional.
A lo anterior, se ha sumado la proliferación de mesas de discusión y seminarios en línea, que han aprovechado el desarrollo de medios digitales y la inmediatez con la que hoy los técnicos, sociedad civil y demás personas interesadas cuentan para participar desde sus escritorios, sin tener que apartar un día completo o incluso tener que viajar fuera de su país para realizar dicha actividad.
Los foros internacionales han debido buscar una solución para hacer frente a la imposibilidad de trasladarse de un país a otro, manteniendo el curso normal de sus instancias de trabajo, frente a lo que han optado por realizar sus reuniones de forma virtual, obteniendo resultados inesperados, especialmente en la OCDE (hoy uno de los foros internacionales con mayor cantidad de reuniones de expertos por año), donde se ha evidenciado una gran afluencia de público y expertos de todo el mundo, quienes han mostrado gran interés por participar.
Frente a una evidente incertidumbre en la posibilidad de retomar las reuniones presenciales, en un futuro próximo, y ante una constante mejora del soporte técnico y fórmulas que permitan promover la adecuada participación remota de miembros y expertos, se vislumbra una “ventana de oportunidad” para todos aquellos Servicios que no cuentan con los recursos suficientes para viajar y desean participar en los Grupos y Comités de trabajo de la OCDE. Ciertamente impulsar la intervención de nuestros expertos permitirá promover una mayor participación interna de los funcionarios especializados en cada ítem de una agenda, generando un mayor compromiso institucional hacia el trabajo del área internacional; y permitirá obtener una mayor experiencia de las áreas de labor que se pueden abordar con la Organización.
De este modo, hoy se presenta una oportunidad única que permitirá a nuestros expertos incorporarse al trabajo habitual de la Organización, de forma coherente y permanente. Esto no sólo potenciará un mayor desarrollo del trabajo nacional, frente a las mejores prácticas y recomendaciones de la OCDE, sino también permitirá que nuestros expertos tengan conocimiento de primera fuente de la racionalidad del trabajo de la Organización y con ello se hagan parte del desarrollo de las discusiones de su interés, mejorando consecuencialmente el desempeño nacional y la transferencia de información hacia los tomadores de decisión.