El soft law o normas de conducta sin fuerza legalmente vinculante, se constituye por reglas y principios, y cumple importantes funciones en el conjunto de normas jurídicas, por ejemplo: a) como avance del hard law, b) como una alternativa al hard law, c) como complemento al hard law y, d) como un parámetro interpretativo del hard law1.
Las primeras iniciativas de soft law en materia de conducta empresarial responsable, se observan en el marco del establecimiento de empresas multinacionales en los países en desarrollo, en las décadas del 60 y 70, países que proponen un marco regulatorio que abordara los impactos de la inversión extranjera. Es en la segunda mitad de los ’70 que, la comunidad internacional responde a esta necesidad con normativas del soft law al aprobar las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales en 1976 y adoptar la Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social de la OIT en 19772.
Teniendo presente la complejidad que implica lograr normas de responsabilidad corporativa, las iniciativas voluntarias o soft law han logrado un mayor consenso internacional, traduciéndose en una serie de beneficios tanto para los gobiernos como para las empresas. Entre ellas:
Entrega reglas y principios claros, previamente conocidos, tanto para los actores estatales y no estatales, para el desarrollo de los negocios internacionales, estableciendo las expectativas que los Estados tienen respecto de la responsabilidad corporativa de las empresas, al proporcionar un marco de referencia para ellas, mientras brindan su apoyo práctico en la implementación de procesos de debida diligencia.
Los Estados, al suscribir este tipo de instrumentos internacionales, también se obligan con ellos, en cuanto a la difusión y promoción de la implementación de estos estándares en sus respectivos países.
Facilita que los Estados sean más ambiciosos en la elaboración de instrumentos para la conducta empresarial responsable y participen en una cooperación “más profunda” entre ellos.
Dado que las consecuencias para las empresas del incumplimiento del soft law son más acotadas, los Estados pueden acordar disposiciones más detalladas, por ejemplo, con miras a fomentar el uso de mecanismos de prevención y mitigación de los impactos negativos que ellas generen o a los que contribuyan. Además, pueden desarrollar guías de implementación sectorial que contengan estas recomendaciones, para apoyar la adaptación de las estrategias empresariales a sus riesgos específicos.
Posibilita a las empresas integrar gradualmente los estándares, de acuerdo con sus capacidades financieras, contables, su fuerza laboral, aspectos comerciales y tecnológicos, entre otros.
Propende a que las empresas avancen a través de un aprendizaje progresivo en el tiempo.
Promueve la integración de los estándares de forma conjunta, ya sea a través de iniciativas industriales, o bien, incorporando a las cadenas de valor y relaciones comerciales de la empresa, en un espíritu de aprendizaje colaborativo y de acompañamiento.
Prepara a las empresas a transitar hacia el hard law, habiendo adquirido experiencia suficiente en la implementación de los estándares, mientras no eran vinculantes.
Establece la base hacia la adopción de hard law, en el ámbito internacional, a través de disposiciones en los acuerdos internacionales, como también inspirando a los legisladores en la adopción de medidas legislativas y/o judiciales de carácter obligatorio. También sirve a los jueces como pautas interpretativas.
1 Como hard law se entiende aquellas obligaciones legales que son obligatorias para las partes involucradas.
