Uno de los principales desafíos en la creación e implementación de una Política relacionada con la conducta empresarial responsable, es lograr involucrar desde la alta dirección de las empresas, a todas las personas y a todos los equipos que forman parte de la organización, considerando las funciones y responsabilidades que desempeñan. En ese sentido, esta política debe integrarse en el espíritu del quehacer diario, no solo de los agentes de compliance, profesionales responsables de la gestión de riesgos o de los equipos de sostenibilidad, sino que también, de todos y cada uno de los profesionales de las áreas de negocio de la compañía.
Asimismo, toda vez que la sociedad exige más compromiso en aspectos como la ética, la transparencia, la lucha contra el fraude y la corrupción, las dimensiones ambientales y el respeto a los derechos humanos, las empresas debiesen ir más allá de lo que marca el entorno regulatorio, teniendo aún un gran margen de acción para poner en marcha estrategias de alto impacto que mejoren la calidad de vida de las personas, abarcando, por ejemplo, el sector financiero, el turístico, el manufacturero, el agrícola, el energético, entre otros.
De esta forma, todas las compañías, independientemente del sector en el que operen o del ámbito geográfico en el que desarrollen su actividad, tienen la misma responsabilidad: contribuir a una sociedad más justa y garantizar los más altos niveles de comportamiento ético, social y medioambiental. A la vez, considerando que cada sector tiene sus retos, es posible que sea necesario adaptar las políticas de la empresa a los contextos u operaciones locales. La Guía CER lo reconoce, cuando indica que la filial de una empresa multinacional puede enfrentar en el país donde opera riesgos específicos, por ejemplo, laborales, pero pudiendo ser también medioambientales, éticos o de otra naturaleza y, por tanto, teniendo que adaptar la política de su matriz a la realidad local para enfrentar estos problemas contextuales. Esta adecuación también podría ser necesaria para recoger las diferencias legales y normativas, al comparar las que enfrenta la matriz con las que deben cumplir las filiales.
Pero, sin duda, no son solo desafíos lo que se enfrentan. Contar con políticas de conducta empresarial responsable reportan una serie de ventajas para la empresa, las que se hacen sentir cada vez con mayor fuerza con una ciudadanía a nivel global que cuenta con una mayor concientización sobre la sostenibilidad de los negocios.
En este sentido, el compromiso de la alta dirección sobre cuestiones de conducta empresarial responsable ubica a la empresa en un lugar destacado frente a sus grupos de interés relevantes. En efecto, al actuar de forma responsable le permite obtener y conservar una licencia social para su actividad empresarial, a la vez que contribuye positivamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Las expectativas mundiales sobre el comportamiento empresarial también dan cuenta que, comprometerse e integrar estos estándares internacionales en su quehacer, se puede traducir en mejores oportunidades de negocio, tanto como resultado de una mejor reputación y confianza, como porque le permite cumplir los requisitos de las regulaciones que han venido emergiendo en varios mercados sobre estas materias.
Otra ventaja que la empresa logra con un compromiso público con la conducta empresarial responsable es que puede atraer y conservar personal que sintoniza con la sostenibilidad y el cuidado de las personas y el medioambiente, logrando con ello relaciones laborales fortalecidas. Además, este compromiso con el desarrollo sostenible y la conducta responsable crea el espacio para que la empresa aumente y fortalezca su capacidad de desarrollar productos y servicios nuevos e innovadores.
Y por supuesto, el nodo central es que el compromiso de la alta dirección hará posible que la empresa mejore la gestión de sus riesgos, evitando y abordando los impactos negativos que pueda causar o contribuir, lo que fortalece su rol social al aportar positivamente al desarrollo sostenible de las sociedades donde opera.