A menudo se escucha decir que la debida diligencia es reportar y, sin lugar a duda, reportar es una parte importante de ella, pero… ¿reportar qué?
Antes de continuar, se requiere un entendimiento común sobre lo que significa reportar y, aprovechando la fuerza con la que se ha instalado la inteligencia artificial, a continuación encuentras lo que responde al respecto al ser consultada:
Reportar es el proceso de crear informes a partir de datos para extraer información fundamental para la empresa. Los reportes son documentos que permiten comunicar aspectos importantes a los responsables de la empresa.
Con esto, no cabe duda que reportar es un elemento clave para la gestión empresarial responsable, toda vez que le permite a la empresa proyectar su perspectiva futura en base a información relevante, detectando riesgos que deben considerarse en la toma de decisiones, para gestionarlos y anticiparse a potenciales inconvenientes.
Por su parte, la debida diligencia en base a los riesgos es un proceso elemental para lograr una conducta empresarial responsable, la cual consiste en un ciclo continuo y repetitivo de 6 etapas, según sostienen la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y otros organismos internacionales.
La primera de ellas es un compromiso público de alto nivel de la empresa, expresado en políticas en los ámbitos de la conducta empresarial responsable, por ejemplo, una política sobre derechos humanos, las que se integran a los órganos de supervisión y a los sistemas de gestión de la empresa, con el fin que se pongan en marcha como parte habitual de sus procesos.
Con ello como pilar, le sigue la identificación de impactos negativos reales y potenciales que la actividad empresarial pueda ocasionar sobre las personas (trabajadores, inversionistas, dirigentes sindicales, comunidades, vecinos, consumidores, etc.), el medio ambiente y la sociedad en general, los que luego de evaluados y priorizados tienen que ser gestionados a través de un plan con diferentes medidas para detenerlos, prevenirlos o mitigarlos, según sea el caso.
Como cualquier plan, la siguiente etapa es monitorear la efectividad de sus medidas con el fin de identificar la necesidad de reforzar, formular y/o implementar más acciones que permitan lograr el objetivo trazado para ellas. Comunicar públicamente la información relevante de las etapas ya descritas, es decir, de las políticas, procesos y actividades de la debida diligencia para identificar y abordar los impactos negativos, su análisis y resultados, es la siguiente fase de este ciclo y la que más se puede asimilar al reporte.
A estas etapas se añade la reparación, aunque según la Guía de la OCDE de debida diligencia para una conducta empresarial responsable no es un componente de la debida diligencia, aunque la fortalece, ya que consiste en reparar o contribuir a la reparación cuando la empresa identifica que causó o contribuyó a causar un daño.
Volviendo a la etapa ‘comunicar’ de la debida diligencia, pareciera que se asimila a la respuesta que la inteligencia artificial entregó de qué es reportar, aunque el solo acto de hacerlo se queda atrás si no informa los elementos clave de los resultados de la debida diligencia.
Pero ¿solo basta que los reportes contengan la información y resultados de la debida diligencia para ser equiparables a la etapa de "comunicar"?