Las materias anticorrupción e integridad forman parte integral de la agenda para una conducta empresarial responsable.
La corrupción daña las instituciones democráticas y es perjudicial para el desarrollo, la superación de la pobreza y el gobierno corporativo, desalentando la inversión y distorsionando las condiciones de competencia.
La integridad y la transparencia, tanto en el ámbito público como el privado, son elementos clave para prevenir, detectar y sancionar casos de corrupción, requiriendo una amplia y estrecha cooperación entre todos los sectores y actores de la sociedad.
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